“Los testimonios de la guerra de Malvinas son conmovedores”
Natasha Niebieskikwiat – Periodista y especialista en política exterior. (Extracto)
La profesional dialogó con El Tribuno sobre su libro “Lágrimas de hielo”, en el cual reúne los testimonios y relatos de excombatientes de Malvinas quienes sufrieron abusos y vejaciones por parte de sus superiores durante el conflicto bélico con Gran Bretaña en 1982 ¿Qué huellas le han dejado las historias que recabó personalmente? Me conmovió por ejemplo Carlos Mihalfi, del Regimiento de Infantería 3. Ese muchacho es un argentino que vivía con su familia desde muy chico en Uruguay y recibió su llamado del servicio militar obligatorio. Por temor a ser considerado desertor, decide venir a la Argentina. Empieza el servicio militar y le toca la guerra. Para él fue una pesadilla. Sin instrucción alguna, ya en la colimba por no saber el himno recibía castigos. Es parte del grupo de un tal Flores, denunciado por varias razones. En la isla se cruzó con Flores. El episodio más dramático que vive es el de una golpiza atroz por escaparse al pueblo más cercano a buscar comida. Lo estaquean con una granada en la boca. Después lo hacen orinar por toda la tropa, recibe golpizas y queda con la clavícula quebrada. Eso es denunciado ante la Justicia. Otro militar lo libera en desacuerdo con el castigo. También -como los oficiales y suboficiales temían ser asesinados por sus soldados- a Mihalfi se le saca el arma y se lo deja sin posibilidad de defenderse de los británicos en plena guerra. En el certificado que le dan lo declaran internado por un accidente. Esto no era así. ¿La violencia y el hambre recrudecieron la guerra? Sí. Por ejemplo, Remigio Fernández, un correntino, es declarado muerto por desnutrición por un médico militar del Hospital Interfuerzas, por el médico Luis Reale en un documental. Sin embargo, el certificado que le dan a la familia de Remigio dice “muerto en combate”. Eso es encubrimiento, es tapar la verdad. El soldado no murió combatiendo y eso no le quita mérito al soldado, pero sí le quita una responsabilidad a sus superiores. Un caso que también me impactó fue el de un santafesino, Alberto Fernández. Es alguien al que, durante años, le dio mucha vergüenza contar su situación porque sentía que había robado. Ni la esposa sabía. La cuenta como un hombre sencillo, que antes no entendió que lo que le habían hecho era peor que lo que él había hecho al tomar un paquete de galletitas. Estaban asustados en 1982. Por eso están tan traumados. Los identifica Malvinas. ¿Los castigos sucedían en todos los grupos? No, no todos los grupos eran iguales. Muchos soldados salvaron sus vidas por militares que no reaccionaron de la misma forma. Hubo muchas actitudes muy éticas por parte de los superiores, pero hubo una enorme cantidad de personas que actuaron por fuera de la ley y con una cultura muy espejada de lo que ocurría bajo el terrorismo de Estado. Muchos conscriptos están desaparecidos bajo el terrorismo de Estado y se los llamaba desertores. Son casi ciento treinta chicos. Fueron secuestrados y desaparecidos por el Estado mientras estaban prestando servicios al Estado. Se los consideraba desertores. Es como un triple crimen: el Estado al que vos le estás prestando servicios te desaparece y te culpabiliza.
¿Cómo evalúa la postura del Gobierno nacional respecto de los derechos humanos y Malvinas?
Me parece que la política de DDHH seguida por la administración de Néstor Kirchner facilitó que los grupos más afines a estas causas -que no encuentran eco entre todos los excombatientes- generara un ambiente favorable para que los soldados se encontraran con mayor seguridad de ir a la Justicia. El Estado podría haber sido querellante y esto podría terminar siendo una decisión política también, pero el clima es muy favorable para la política de derechos humanos. Los abrazo en ese sentido. ¿Puede subsanarse lo ocurrido en la guerra? Eso no se va a subsanar, porque ya ocurrió y los traumas quedan. Ojalá que haya justicia para esos chicos que hoy son hombres. La Argentina tiene con Malvinas también otro trauma, pero hay muchos argentinos a los que no les importa Malvinas. No quieren que esté al tope de la agenda o no están de acuerdo con la manera en que el Gobierno nacional lo hace. Tiene que haber un consenso nacional de políticas de Estado sobre el tema.
http://www.eltribuno.info/salta/143736-Los-testimonios-de-la-guerra-de-Malvinas
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Argentinos por la inclusión Eduardo Anguita : «Malvinas, la locura de las guerras» Durante los 45 días de operaciones de combate en el Atlántico Sur, además de los 323 muertos por hundimiento del crucero General Belgrano, murieron en combate 326 soldados argentinos. La cifra de suicidios de ex combatientes superó ese número. Las estimaciones varían entre 350 y 450 casos y las diferencias de apreciación es por si se suman o no aquellos casos de personas que murieron en accidentes o enfermedades que pudieron tener como un componente fundamental el hecho de haber quedado marcados por haber estado en una guerra. Sólo para evitar confusiones, la tasa anual de suicidios en Argentina es de 8,2 casos cada 100.000 habitantes, de acuerdo con datos del Ministerio de Salud de la Nación. Si en los frentes de combate hubo unos 14.000 hombres, la tasa resulta entre 12 y 15 veces mayor. Fuente texto:Periódico Miradas al Sur, 12 de febrero de 2012 Fuente imagen: elsolhablaatravesdelaluz.wordpress.com
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