Un aula que no pregunta

 

 

 

El investigador y cronista Arturo Alape, en un reciente estudio realizado en algunos colegios oficiales de Bogotá, en el que examinaba el mecanismo de la participación de los alumnos en el aula de clase por medio de la pregunta, llegó a la conclusión de que tenemos una aula que no pregunta porque nuestro sistema educativo se caracteriza por ser autoritario y antidemocrático. Nuestro sistema educativo es autocrático y dogmático. Este sistema no permite que el niño ni el joven piensen, ni hagan preguntas, ni sean críticos. Las apreciaciones que tiene Alape del sistema educativo reflejan un realismo extraordinario que quizá ningún docente sensato se aventuraría a contradecir.

Pues lo dicho corresponde a la tendencia de la escuela tradicionalista, que formatea la frialdad de la educación bancaria, que se caracteriza por estimular una educación pasiva y carente de humanismo.

Para el maestro Alape, en las aulas de clase, “la relación maestro-alumno es muy conflictiva y enojosa –pero inevitable–. Aquí el maestro que está al frente de la clase aparece como un–“enemigo” para el alumno. Es un proceso de confrontación de quien enseña y de quien recibe, es un proceso de resistencia y aceptación, de interacción conflictiva generacional. En consecuencia, tenemos un aula que no pregunta. En ella se crea una atmósfera de tensión en la que lo mejor es quedarse callado”. Precisamente ésta es la educación de escuela que tanto preocupaba a Freire, al punto que se propuso cambiarla por otra en la que sobresalieran la democracia, la confianza, el respeto mutuo.

Una escuela donde se fomenta el deseo de aprender, y el propio alumno encuentra la respuesta adecuada a su necesidad de saber.

Según el mencionado autor, nuestros estudiantes casi nunca se formulan preguntas para aprender ni para profundizar el conocimiento. Y un estudiante consecuente con el conocimiento y con el saber tiene que abrirse al mundo de la pregunta, y estar articulado y en sintonía con su propio contexto. Preguntar el qué, por qué, para qué, cómo, trasciende toda forma de conocimiento, es inherente al hombre o mujer racional.

 

Orlando Zuleta Araújo: La pedagogía de la pregunta. Una contribución para el aprendizaje.

http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=35602822

 

 

1 comentario en «Un aula que no pregunta»

  1. El alumno debe preguntar, tiene sus derechos como cualquier ciudadadano, por lo tanto esta en todo su derecho de preguntar al Maestro cualquier duda que tenga.

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