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Los cambios sociales que en los últimos años introdujeron las tecnologías de la información y la comunicación (tic) son muy importantes. Y como todos los grandes cambios sociales, atraviesan la vida de todos y cada uno de nosotros. Esto hace que hoy se vuelva imprescindible la incorporación, la integración y el aprovechamiento pedagógico de estas tecnologías en la escuela. El estar conectados y poder participar del mundo de la comunicación y la información es parte ya de un derecho ciudadano. Las nuevas maneras de vivir y trabajar juntos, los nuevos modos de comunicarnos y de relacionarnos están transformando los escenarios educativos y las formas de enseñar y aprender. No pensamos al espacio, al tiempo, a la naturaleza y a las comunicaciones igual que antes de contar con tecnologías que ampliaran nuestro mundo y nuestras miradas. Hoy las tecnologías nos permiten disponer como nunca antes de un enorme archivo de la cultura y participar de procesos de construcción colectiva de conocimientos de una manera que antes no conocíamos. Las escuelas se vuelven entonces espacios fundamentales para lograr la inclusión digital y hacer que los jóvenes de todos los sectores tengan acceso a la tecnología y a lo que ellas posibilitan (Sagol, 2010).
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La imagen de la niña con su netbook mostrando alguna página a sus padres, me remite al cuantitativo cambio producido en los últimos años. Ese cuadernito forrado con papel araña que usábamos hasta hace poco, se transformó en un libro con datos infinitos, inagotables, que se reproducen y crecen instante tras instante. En este momento miles y miles de páginas de información están siendo subidas a la red. La información que tenemos en el cuaderno o en el apunte puede ser cotejada y ampliada de una manera asombrosa, complementada con imágenes, gráficas, audio, videos, etc. A su vez, enlazada a múltiples sitios que tratan la temática desde diversas perspectivas. Hay una sustancial diferencia en estudiar biología o geografía, por ejemplo, usando videos u observando la tierra mediante el registro de satélites.
Hay un gran desafío por delante, fundamentalmente para los docentes que son quienes debe estar a la vanguardia de estos cambios.
Esta tecnología llegó, está entre nosotros, lentamente nos adaptaremos a los cambios y posibles dificultades que surjan del manejo de la misma.
Seguiremos gestionando para obtener los laboratorios móviles para los estudiantes, seguiremos capacitando para que los profesores tengan su aula virtual que no son otra cosa que un caudal de beneficios y soluciones relacionadas al alojamiento de archivos útiles para los alumnos, más múltiples herramientas que incrementarán la participación.
Todo esto sabemos que empezó aquí, lo que aun no podemos medir son los increíbles alcances que tiene. Depende de todos, depende del trabajo colaborativo.