El engaño de los sentidos

 

 

Cuando  miras esta foto se ve que es Albert Einstein.
Pero si te alejas  cuatro metros de distancia, se convertirá en Marilyn Monroe.

 

 

En la búsqueda de esa primera verdad indudable, Descartes encuentra que los sentidos nos engañan y que, por tanto, no se puede confiar en ellos como fuente de conocimiento seguro y objetivo. La misma realidad de un mundo exterior con objetos sensibles y corpóreos puede ser puesta en entredicho, por la frecuencia de casos en que se concede realidad a meras alucinaciones y por el hecho de que nuestras representaciones en sueños (a las que no corresponde nada real) son indistinguibles de las representaciones del mundo exterior en estado de vigilia.

Descartes asume, por tanto, la crítica escéptica de la sensación y concluye cuestionando el mundo exterior de objetos corpóreos y las ciencias que de él tratan, como «física, astronomía o medicina».

Las matemáticas parecen escapar a esta incertidumbre, puesto que no tratan de objetos sensibles ni se sirven de los sentidos.

 

1 comentario en «El engaño de los sentidos»

Deja un comentario