Diálogos de la matrix.

 

 

Smith:-¿No lo siente, señor Anderson? Cerniéndose sobre usted… jal!… yo sí. Lo cierto es que debo agradecérselo; al fin y al cabo fue su vida la que me enseñó el objetivo de toda vida. El objetivo de la vida es acabar.

Neo: – …

Smith:-Por qué, señor Anderson, ¿por qué? ¿Por qué? ¿Por qué lo hace? ¿Por qué? ¿Por qué se levanta? ¿Por qué sigue luchando? ¿De verdad cree que lucha por algo además de por su propia supervivencia? ¿Querría decirme qué es, si es que acaso lo sabe? ¿Es por la libertad? ¿Por la verdad? ¿Tal vez por la paz? ¿Quizás por el amor? Ilusiones, señor Anderson, desvaríos de la percepción, concepciones temporales de un frágil intelecto humano que trata con desesperación el justificar una existencia sin sentido ni objetivo. Todas son tan artificiales como Matrix, sí, es cierto, aunque… Sólo una mente humana inventaría algo tan insulso como el amor. Debería ser capaz de darse cuenta, ya debería saberlo, usted no puede vencer, es inútil seguir luchando. ¿Por qué, señor Anderson? ¡Por qué! ¡Por qué se resiste!

Neo: –Porque lo he elegido.

 

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