Comunicación y objetividad.

Es probable que en el debate sobre la comunicación aparezca la siguiente afirmación, expresada de diversas maneras: “Los medios de comunicación deberían servir para informar neutralmente, sin formar opinión”. Es muy importante profundizar esta afirmación. Es una de las nuevas “zonceras” a las que estamos sometidos desde que el neoliberalismo impregnó nuestra cultura.

Para profundizarla es importante contar nosotros con más información y formación. ¿Qué significa informar neutralmente? ¿Qué es ser “objetivo”? ¿Qué es la subjetividad o ser “subjetivo”?

Cada persona organiza la información que recibe del mundo que la rodea en función de lo que llamamos matrices de aprendizaje. Los modos en que aprendemos están moldeados por nuestra familia, por la cultura y por la historia. No hay modos de leer la realidad “neutros”. Porque ni la realidad es neutra, ni lo somos nosotros/as como sujetos. La neutralidad no existe. Cada persona, cada grupo humano lee su historia de acuerdo a los “anteojos” que ha construido en su proceso vital. Esos anteojos  constituyen en parte la “ideología” que tengo. Todos y todas tenemos ideología, tenemos “anteojos” construidos en nuestra historia familiar y social. Los veamos o no los veamos.

Entonces, es necesario reconocer cuáles son esos “anteojos” y ser capaces de sostenerlos, defenderlos o cambiarlos, modificarlos. Desde ese reconocimiento de “mis anteojos”, mi “ideología” es que puedo describir la realidad.

Distinto es distorsionar lo que veo, mintiendo, deformando la información a propósito de mis intereses.

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