El futuro de la educación

El futuro de la educación

 Ya es hora, y quizás estamos llegando tarde a implicarnos con las TIC. Hay un fenómeno a nivel mundial que nos está pasando por arriba y aun no comprendemos cabalmente de qué se trata.

Las organizaciones educativas que no utilicen metodologías 2.0 y 3.0, están perjudicando la manera en que deben aprender los estudiantes.

El sistema educativo actual está causando un “mal irreparable” a sus alumnos, ya que establece las mismas líneas de actuación muy anticuadas y nada realistas con el presente y el futuro.

Si no se hace nada, si la sociedad no hace visible lo que quiere ser y como quiere ser; de esta generación, quedarán muchos fuera del circuito laboral, porque su preparación será muy anticuada y no adaptada a las necesidades actuales y futuras.

No andemos más por las ramas y hablemos claro, hay que decirlo en público y fuerte, estamos perjudicando el futuro de nuestros jóvenes con este tipo de educación…y somos responsables todos, cada uno en su papel. 

¿De qué manera podemos “maximizar” las intensidades en los aprendizajes y minimizar el caos?

Las instituciones deben trabajar con las tecnologías actualizadas, nunca con tecnologías obsoletas o pasadas de moda, que son más baratas. Debe planificarse con anticipación presupuestos para incluir tecnología.

En una clase, cualquier experimento funciona, sirve para aprender, hasta incluso aquellos que creemos que no han salido bien. El aprendizaje es un proceso y busca unas competencias, hasta que no entendamos esto, la educación tendrá serios problemas, como los que tiene ahora.

Estaría bien que la comunidad educativa  leyera e intentara comprender lo que son y cómo se desarrollan las competencias, especialmente que comprendamos que las competencias metodológicas son el centro, el eje, sobre las que se desarrollar las demás y que segmentar los aprendizajes no lleva a una aprendizaje significativo que sirva para auto organizar un conocimiento que nos pueda servir en la sociedad.

El problema de los docentes no es que no estén formados, sino, que la formación sea la adecuada, y seguramente lo fue, pero era para otros tiempos. Lo que no estamos preparados es para emprender, para colaborar, para co-aprender…con unos aprendices que piden unas actuaciones que no sabemos cómo ayudarles, y ya no es enseñarles, porque esta palabra ya no está en el vocabulario diario.

Hacemos lo que podemos…Y en verdad lo hacemos, pero ¿lo hacemos de manera correcta? y no solo de los docentes, sino de las familias, de la misma sociedad que no exige un cambio radical, una nueva educación.

También  seguimos empecinados en no pedir ayuda, en no reconocer que los demás, incluso los aprendices, pueden ayudarnos.

La escuela no tiene que mejorar, tiene que ser reinventada. Cada aspecto de la misma – plan de estudios, la pedagogía, la evaluación y la certificación.

Una administración  osada, en algún lugar, estará dando un paso…