Detrás de toda inocente imagen, que solo pretende entretener, de cada película, teleserie, o los mismos programas en directo hay valores culturales que influyen para modificar conductas y fomentar nuevos estilos de vida. Los efectos cognoscitivos o de aprendizaje que la televisión brinda en general son decepcionantes, esto se debe a que hasta hoy en día los programas que ésta transmite no utilizan toda su capacidad como fomentadores de pensamientos, información, formación de valores y modos de vida, estereotipos, etc. Se conoce que las conductas agresivas son aprendidas por observación y retenidas por largos períodos de tiempo, afectando así la conducta violenta de la mayoría de niños que recurren a este medio. A pesar de lo mencionado, los niños también pueden aprender de la televisión muchos valores sociales: amabilidad, sinceridad, cooperación, responsabilidad, etc. utilizando dichos conocimientos en su vida diaria para beneficio individual y colectivo. En ciertos aspectos la televisión contribuye indudablemente a la formación de generaciones mejores informadas, pero lo que ha conseguido en este aspecto no es nada comparado con lo que podría lograr si desarrollara en mayor medida sus posibilidades de ofrecer experiencias realistas. Es por lo mismo que la televisión ha obtenido mejores resultados como estimuladora del interés que como estimuladora de las actividades intelectuales o inventoras.
Fuente: http://www.monografias.com/trabajos52/television-violencia/television-violencia2.shtml
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