2 comentarios en «Sartre»

  1. ¿Qué hacemos con lo que hicieron de nosotros?

    Autor: José Pablo Feinmann

     

     

    Y la grandeza del hombre reside en muchas cosas. Reside en que es finito en un mundo infinito, es imperfecto en un mundo perfecto, lo angustia su pequeñez, lo angustia la idea de la nada, lo angustia la idea del dolor, de la injusticia; y también la grandeza del hombre (todavía, porque puede ser que esto no sea para siempre) todavía puede radicar en que se rebele contra lo que intentan hacer de él.

    Sartre tiene una frase que dice “Cada hombre es lo que hace con lo que hicieron de él”. Esta es una de las frases más fundamentales de toda la historia de la humanidad, porque evidentemente desde que nacemos hacen de nosotros algo. Nosotros nacemos y nos hablan. Recibimos como una esponja palabras, palabras… Cuando empezamos a hablar decimos las palabras que nos dijeron. Es decir, no tenemos un lenguaje propio, creemos que dominamos una lengua y es esa lengua la que nos domina a nosotros. Pero alguna vez diremos una palabra nuestra y esta va a ser nuestra libertad. Entonces es cierto, está el lenguaje que nos condiciona, el entorno sociopolítico que nos condiciona, el inconsciente, todo eso, todo lo que quieran. Pero en algún momento, a partir de algún momento, tenemos que ser responsables de nosotros mismos porque somos lo que elegimos ser. Entonces bienvenida la frase “cada hombre es lo que hace, con lo que hicieron de él”.

    La grandeza de la filosofía son estas cosas, entender estas problemáticas, en realidad esto requiere coraje. Porque la vida que alguien lleva puede parecerle injusta, pero es mansa, porque se deja llevar. Bueno, usted a la mañana se afeita, desayuna, va al trabajo, el jefe lo trata mal pero no lo escupe por lo menos, almuerza, se toma un digestivo, tiene problemas con el tránsito, llega a su casa agotado, pero nada grave lo acosó durante el día, saluda a su mujer y pasó otro día en su vida. Sí, pero no pasó, porque no pasó nada en su vida, no pasó nada. O sea, usted la pasó bien, usted no se amargó, usted no se asustó, no se angustió, se deslizó a lo largo de su día como una especie de hoja en la tormenta del capitalismo del siglo XXI, que es el único sistema que está vigente.

    ¿Pero cuánto más interesante hubiera sido si de pronto, usted se para y dice “pero caramba, qué vida de porquería estoy llevando, no puedo seguir así. Que porquería de trabajo, de familia, la televisión qué basura, muestran solamente algo redondo, ¿no tienen cara las mujeres?” No, olvídese de los ojos, de los labios, no hay más eso, ahora las mujeres tienen una sola cosa: culo. Y usted tiene que ver eso, porque eso le están dando.

    Entonces a partir de ese momento usted dice “bueno, esto no va más”. Pero ojo, a partir de ese momento usted está solo. Está solo. Y eso se lo tiene que bancar. Se lo tiene que bancar y eso es una actitud filosófica, y eso es muy difícil, porque usted a partir de ahí dejó de pertenecer a la manada, y comienza a pertenecer a usted mismo. Y cuando usted comienza a pertenecer a usted mismo ya no tiene justificaciones, ya no puede distraerse, tiene que elegir, y usted va a ser el responsable de cada una de sus elecciones.

    La filosofía es pues, coraje.

  2. Se tratará de la parrhesía hacia sí mismo?
    Según Foucault, en la Antigüedad  la parrhesía era la práctica de decir la verdad “sin esconderla con nada”, bajo el riesgo del rechazo o la ira del interlocutor. Esta práctica se sitúa en “la prehistoria de algunas parejas célebres: el penitente y su confesor, el enfermo y el psiquiatra, el paciente y el psicoanalista”.
    Qué será cuando somos nuestros propios interlocutores? Entre los límites de las máscaras, siempre se necesita más que  coraje

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