Día internacional de la mujer

 

        INSTITUTO DE EDUCACIÓN

 SUPERIOR DOCENTE Y TÉCNICA
ESCUELA NORMAL SUPERIOR 9-001

 «GRAL. JOSÉ DE SAN MARTÍN»

 

 

 

 

Campana no es campana si es callada,

 ni es canción la canción que no es cantada;

       no es amor el amor que nos guardamos: 

es amor el amor si lo entregamos.

A las mujeres que no callan, que cantan, que entregan amor…

 
El Equipo de Gestión saluda

 a todas las mujeres en su Día!!!

Area Difusión

 

 

5 comentarios en «Día internacional de la mujer»

  1. 8 de marzo día de la mujer

    El Día Internacional de la Mujer Trabajadora o Día Internacional de la Mujer se celebra el 8 de marzo. La primera convocatoria tuvo lugar en 1911 en Alemania, Austria, Dinamarca y Suiza extediéndose su conmemoración, desde entonces, a numerosos países. En 1977 la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) proclamó el 8 de marzo como Día Internacional por los Derechos de la Mujer y la Paz Internacional. El 8 de marzo se conmemora la lucha de la mujer por su participación, en pie de igualdad con el hombre, en la sociedad y en su desarrollo integro como persona. Es fiesta nacional en algunos países.

     

  2. Mario Benedetti

    Si Dios fuera una mujer

     

    ¿Y si Dios fuera mujer?
    pregunta Juan sin inmutarse,
    vaya, vaya si Dios fuera mujer
    es posible que agnósticos y ateos
    no dijéramos no con la cabeza
    y dijéramos sí con las entrañas.

    Tal vez nos acercáramos a su divina desnudez
    para besar sus pies no de bronce,
    su pubis no de piedra,
    sus pechos no de mármol,
    sus labios no de yeso.

    Si Dios fuera mujer la abrazaríamos
    para arrancarla de su lontananza
    y no habría que jurar
    hasta que la muerte nos separe
    ya que sería inmortal por antonomasia
    y en vez de transmitirnos SIDA o pánico
    nos contagiaría su inmortalidad.

    Si Dios fuera mujer no se instalaría
    lejana en el reino de los cielos,
    sino que nos aguardaría en el zaguán del infierno,
    con sus brazos no cerrados,
    su rosa no de plástico
    y su amor no de ángeles.

    Ay Dios mío, Dios mío
    si hasta siempre y desde siempre
    fueras una mujer
    qué lindo escándalo sería,
    qué venturosa, espléndida, imposible,
    prodigiosa blasfemia.

     

  3. La MUJER es de pelo largo y entendimiento corto. Abarca las 4 reglas de la aritmética: Suma disgustos, Resta alegrías, Multiplica gastos y Divide opiniones, por eso Dios se equivocó al hacer a la Mujer, hizo el Mundo en siete días y al séptimo descansó, pero cuando hizo a la Mujer, ya no descansó ni Dios.

  4. Si él hubiera nacido mujer

    De los dieciséis hermanos de Benjamín Franklin, Jane es la que más se le parece en talento y fuerza de voluntad.

     Pero a la edad en que Benjamín se marchó de casa para abrirse camino, Jane se casó con un talabartero pobre, que la aceptó sin dote, y diez meses después dio a luz su primer hijo. Desde entonces, durante un cuarto de siglo, Jane tuvo un hijo cada dos años. Algunos niños murieron, y cada muerte le abrió un tajo en el pecho. Los que vivieron exigieron comida, abrigo, instrucción y consuelo. Jane pasó noches en vela acunando a los que lloraban, lavó montañas de ropa, bañó montoneras de niños, corrió del mercado a la cocina, fregó torres de platos, enseñó abecedarios y oficios, trabajó codo a codo con su marido en el taller, y atendió a los huéspedes cuyo alquiler ayudaba a llenar la olla. Jane fue esposa devota y viuda ejemplar, y cuando ya estuvieron crecidos sus hijos se hizo cargo de sus propios padres achacosos y de sus hijas solteronas y de sus nietos sin amparo.

     Jane jamás conoció el placer de dejarse flotar en un lago, llevada a la deriva por un hilo de cometa, como suele hacer Benjamín a pesar de sus años. Jane nunca tuvo tiempo de pensar, ni se permitió dudar. Benjamín sigue siendo un amante fervoroso, pero Jane ignora que el sexo puede producir algo mas que hijos.

     Benjamín, fundador de una nación de inventores, es un gran hombre de todos los tiempos. Jane es una mujer de su tiempo, igual a casi todas las mujeres de todos los tiempos, que ha cumplido su deber en esta tierra y ha expiado su parte de culpa en la maldición bíblica. Ella ha hecho lo posible por no volverse loca y ha buscado, en vano, un poco de silencio.

     Su caso carecerá de interés para los historiadores.

    Memoria del Fuego II. Las caras y las mácaras.

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